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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Exposición de pintura "Tierra Fecunda" artista Audé Gutíerrez




Junto al pintor Audé Gutierrez, Alejandra Rojas Profesora del Departamento de Patrimonio y Extensión del Liceo Gregorio Cordovez, , Nella Camarda, (Viuda de Jorge Peña Hen) y Rina Araya Coordinadora de Cultura Municipalidad de Coquimbo.



Junto a Rocío Alcayaga Mondaca apreciando la obra de Audé Gutierrez
Integrantes de la Orquesta del Liceo Gregorio Cordovez interpretan la última melodía compuesta por el maestro Jorge Peña Hen.
Junto a la Profesora e investigadora Alejandra Rojas.



Se me invitó a escribir un texto para la presentación de su obra, Tierra Fecunda, no podía hacerlo desde la plástica pero si desde la palabra y desde mi admiración por un grande, el maestro Jorge Peña Hen. La inauguración en el Centro Cultural Palace fue mágica. Estoy muy agradecida comparto mis palabras.


Audé Gutierrez  Connotado artista de la Región de Coquimbo,  crea imprimiendo un sello al conjunto de su obra con  aspectos que  le caracterizan y lo identifican, abriéndose  paso en nuestra  cultura  y permitiéndole ser reconocido.  Se entrega con dedicación al objetivo que se impone. No hay tregua hasta que concluye lo comprometido, en primer lugar, consigo mismo.  Se debe destacar   su trayectoria la que nos invita a la valoración de su trabajo que aun recogiendo la experiencia de varios años fuera de Chile, no deja de tener su raíz  propia y además de  rasgos característicos  del surrealismo.
Audé, como  creador, con profunda sencillez nos insta a palpar, sentir y digerir lo creado, en él se entrecruzan los pasos del hombre y del artista sin línea divisoria, y por lo tanto, es a quien vemos, escuchamos  (toda obra de arte nos susurra algo) y admiramos  la multiplicidad  de su obra: Dibujo, grabado, pintura, escultura, intervenciones con materiales de desecho.
            Como artista crea desde la emoción,  la inspiración y la experiencia, es así como  redescubre el mundo, desde él y desde el fuego de nuestra tierra  comienza el trabajo incansable de relator de forma verdadera, se hace así  parte en su obra,    se  estremece con un hecho trágico: la muerte, pero no cualquier muerte, una trágica. Luego o paralelamente y desde la conmoción es el  entender que  esta muerte derriba unas manos creadoras, que parieron, engendran y proyectarán música y al alzarse provocaron  las notas de tantas generaciones.  Este impacto es el instante en que el artista es  historia y construye o recrea la otra historia, por qué no decir, también, desde su concepción de mundo frente a la muerte, a los derechos humanos, la crueldad. La perpetuidad de una obra consagrada e inspiradora  es ahora un lienzo que también se hace perpetuo.
Logrará así  Audé Gutierrez   conducirnos  por espacios, figuras, gestos… que son la vida y que con sutileza, belleza y emotividad nos conmueven y devuelven la mirada a un momento de la historia donde la soledad de un instrumento en la inmensidad de un desierto causa el impacto que provocaría un hombre cuando sólo e inocente en una celda espera que venga su carcelero.

Al contemplar en cada obra  los momentos de la vida del Maestro el ojo público será crítico o  empático hilvanando también  su propia historia pues, sin duda, más allá de lo estético surgirán emociones, recuerdos, dolor debido a que  la vida, la obra, la muerte de Jorge Peña Hen  será siempre un llamado a la conciencia humana, a la inspiración y a la irrupción de la música en todas las primaveras de la patria.

El artista podrá sentirse satisfecho, su obra no deja indiferente.


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